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Dos personas atormentadas, visionarias, creadores resplandecientes que sufrieron en vida y ahora se consideran dos de los grandes creadores ingleses del siglo XX. La originalidad de las olas, los seis soliloquios cruzados que constituyen una narración única, tiene esa belleza y originalidad de las magistrales obras pequeñas del cantautor, de una belleza que casi duele.
Nick Drake (1948-1974) es considerado hoy uno de los grandes cantautores, aunque en vida su obra pasó inadvertida, hoy es reivindicado por todos. El recopilatorio Way to Blue: An Introduction to Nick Drake (1994) seleccionado por su productor Joe Boyd contiene 16 canciones. Aunque si somos justos, un recopilatorio de una quincena no es suficiente para reunir la obra de este genio, los tres discos que grabó en vida son absolutamente maravillosos y no tiene una canción menor. El estilo de Drake es pausado, una voz deliciosa con un grave y un fraseo exquisito con una afinación perfecta, unas letras y unas melodías asombrosas, un tono acústico con un toque genial, no es nada fácil arpegiar como lo hace Nick. Desde su debut de 1969 Five Leaves Left en el que lo acompañan los enormes Danny y Richard Thompson y con unos arreglos de cuerda para enmarcar de Robert Kirby y con canciones tan fascinantes como “Time has told me”, “River man”, “Way to blue” o “Cello song”. Su segundo disco, Bryter Layter de 1970 en el que además de Richard Thompson colaboran John Cale, Dave Pegg o Dave Mattacks y los arreglos de Kirby que nos entrega joyas como “Hazey Jane I y II”, “Poor Boy” o “"One of These Things First" y su último disco, la obra maestra de 1972 Pink Moon, un disco mucho más sencillo en el que solo se escucha su guitarra y su voz y joyas como "Which Will”, “From the morning” "Things Behind the Sun" o “Pink moon”. Este recopilatorio se redondea con dos canciones extraídas de “Time of no reply”, la homónima y "Black Eyed Dog". El disco se convirtió en el más vendido hasta la fecha y ayudó a recuperar sus tres grabaciones y otras grabaciones caseras en los años siguientes ( “Made to love magic”, “A treasury” y “Family tree”).
Las olas es la séptima novela de Virginia Woolf (1882-1941) y la más experimental. Publicada en 1931, está formada por soliloquios de Bernard, Susan, Rhoda, Neville, Jinny y Louis y Percival, el séptimo personaje. Los monólogos que abarcan las vidas de los personajes están interrumpidos por nueve breves interludios en tercera persona detallando una escena costera en varias etapas en un día desde el amanecer hasta la puesta de sol. Es un libro con una enorme potencia poética, ya que los monólogos interiores propiamente dichos, parecen más poemas en prosa. Al hablar los personajes alternativamente, Virginia Woolf indaga sobre lo individual, el grupo y la sociedad. Son personajes muy diferentes, Bernard es un narrador, Neville busca amor trascendental, Louis es un extraño, que busca la aceptación y el éxito Jinny es social y extrovertido, Susan es una enamorada del campo y le asaltan dudas sobre la maternidad; y Rhoda es ansiosa e insegura., mientras que Percival es como el héroe del resto de personajes.Una novela tan asombrosa como original y muy influyente en toda la literatura del siglo XX; la novela nos acompaña por la vida de sus protagonistas y sus diálogos nos recuerdan olas batiéndose contra la orilla.
El final tanto de Virginia como de Nick Drake fue trágico, ambos terminaron con su vida, la primera ahogada en el río Ouse y el segundo con una sobredosis de antidepresivos. Ambos sufrían trastorno y depresión, los dos son genios cuyas obras han ido creciendo en las últimas décadas.
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