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- Bonito que canta (Petrona), MTM 2002
- Los Funerales de Mama Grande (Gabriel García Márquez) 1962
Música de tambores y voces de llamada y respuesta de Petrona que nos llevan a una zona de la Colombia Caribeña, que aunque no es exactamente Macondo, la ciudad ficticia en la que García Márquez desarrolla esta y otras de sus mejores novelas (“Cien Años de Soledad” o “El coronel no tiene quien le escriba”) sí es la vecina y comparte un alto porcentaje de población afroamericana, gastronomía y hasta banda sonora.
La cantante afro colombiana Petrona Martínez (San Cayetano, Bolívar 1939) practica el bullerengue, música autóctona de la Costa Caribe de Colombia. Este tipo de música y baile lo realizan las embarazadas, música de tambores de llamada y respuesta, un sonido directo y profundo, una polirritmia de origen africano que se hace extremadamente compleja y rica. Una voz clara y unas letras tradicionales y cotidianas nos hacen sentir una conexión inmediata con la música, integrarnos en ella y casi de forma automática mover el cuerpo a su ritmo. El disco se abre con un canto optimista contagioso como es “La vida vale la pena” donde Petrona canta con una enorme fuerza sobre un ritmo trepidante y le responde un coro femenino. El disco contiene canciones igual de trepidantes como “El hueso”, “Arremáchalo”, “Conchita” o “La Currumba” y otras más lentas como “Tierra Santa” en la que el coro canta “Petrona Martinez, caramba, bonito que canta”. En las letras confluye lenguaje y expresiones de origen afrocolombiano. El predominio de los tambores es total, solo aparecen puntualmente flautas en “Sendero indio “ o “El parrandón”. La carrera de Petrona ha ido creciendo desde este disco, que recibió una nominación al grammy y justo este año 2021 lo ha obtenido con “Ancestras” un álbum interesantísimo en el que se rodea de otras artistas de origen afroamericano, desde Susana Baca hasta Angelique Kidjo.
“Los funerales de la Mamá Grande” se publicó en 1962 y está compuesto por ocho cuentos del Premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014) Todos ellos fueron escritos en los años anteriores en Colombia, México y Venezuela y reflejan una forma narrativa donde resplandece un peculiar y exquisito realismo mágico. Los cuentos, aunque independientes, coinciden en algunos aspectos: tienen como escenario el pueblo de Macondo o algunos personajes se repiten. “La siesta del martes” narra el viaje de una madre y su hija a Macondo para visitar la tumba de su hijo y hermano muertos, en “Un día de estos” un dentista arranca una pieza a su mayor enemigo, el alcalde. “En este pueblo no hay ladrones” fue llevada al cine por Alberto Isaac en 1965 y participaron artistas de renombre, desde el propio García Márquez hasta Juan Rulfo, Luis Buñuel o Leonora Carrington. En “La prodigiosa tarde de Baltazar” un carpintero construye la jaula más hermosa, en otro de los cuentos nos narra la viudedad (“La viuda de Montiel”), mientras que en “Un día después del sábado” nos relata un hecho fantástico, en“Rosas artificiales” la historia de una ciega clarividente y en “Los funerales de la Mamá Grande” la muerte y entierro de la protagonista .
Acercarnos a estos dos grandes creadores es acercarnos a ese Caribe colombiano, un crisol de culturas, de una riqueza enorme y un sabor popular de valor incalculable.
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