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- The Ultimate Collection (Black Sabbath), BMG, 2018
- El Gran Libro de Satán (VVAA), Blackie Books, 2021
No hay nada más satánico que la música de Black Sabbath. Ya desde su primer single, la canción que dio título al grupo y a su disco de debut, nos muestra la temática, una letra basada en una experiencia de “Geezer” Butler y Ozzy Osbourne con brujería y crucifijos invertidos y la música, un riff que incluye una quinta disminuida, un intervalo conocido como la música diabólica. Una canción y hasta una anécdota del grupo se incluyen en este compendio escrito de textos satánicos en 666 páginas.
Black Sabbath es uno de los grandes grupos del rock y tal vez uno de los más influyentes de la historia. Durante el periodo de su primera formación (1968-1979) con Ozzy, Butler, Iomi y Ward grabaron 8 discos de estudio y todos ellos son obras esenciales. Creó un sonido propio, unos de los pioneros del hard-rock y el heavy metal, un género que ayudaron a definir con su debut homónimo en 1970, con Paranoid de ese mismo año o con “Volume 4”. En este recopilatorio de la primera época con Ozzy, se incluye en 4 LP en una preciosa carpeta que se abre en forma de cruz, indiscutibles clásicos. Su sonido rotundo y poderoso, los potentes riff creados por Iomi, la contundente base rítmica de Ward y Butler y la salvaje voz de Osborne les llevó de un rock duro de filiación blusera inicial a un estilo propio que marcaría la línea del rock y el heavy en los años posteriores, influyendo a todos pero al que nadie se acercó. Aquí encontramos clásicos como la mencionada arriba, “Paranoid”, que es heavy pero también proto punk, “Never Say Day”, “War Pigs”, “Electric funeral”, “Iron man”, “Children of the grave” o la fantástica balada “Changes”, por solo nombrar algunas. Un total de 31 canciones esenciales, pueden faltar muchas, pero no sobra ninguna.
“El gran libro de Satán” es una golosa curiosidad. Un gran volumen con una preciosa encuadernación en rojo chillón, unas ilustraciones de Alexandre Reverdin y una selección de textos y edición de Jorge Cascante. Recoge 56 cuentos o relatos de entre 4 y 50 páginas y más de 400 pasajes cortos. Lo curioso del volumen es que incluye a escritores jovencísimos nacidos en los noventa como Verónica Pazos o Meryem El Mehdati, jóvenes con una trayectoria interesante, desde Sara Mesa a Laura Fernández o Jazmina Barrera. Me han encantado los relatos de Karen Russell (Mundo Naranja) sobre una mujer que amamanta a un diablo o Elisa Victoria con una cita que muestra todo el mal. Lo curioso tras leer el volumen completo es que el diablo es mucho más cotidiano de lo que podamos pensar, el mal o lo más terrorífico está a un paso de todos nosotros. Obviamente no todos los relatos y fragmentos tienen el mismo calado o profundidad, pero es un ejercicio divertido que pone al mismo nivel a Neil Gainman con Margaret Atwood, Twain, Chesterton o Carmen Laforet. Cabe de todo, escritoras de literatura juvenil o de terror como Kelly Link o Holly Black, premios Nobel como Alice Munro, Toni Morrison o clásicos que escribieron sobre el tema como John Milton, Dante Alighieri o Hawthorne, músicos (Vainica Doble los propios Sabbath, Os Mutantes o Violeta Parra) y poetas como Baudelaire, Pessoa, Anne Carson o Robert Frost. Se divide en bloques temáticos (“Queremos tanto a Satán”, “El diablo toca la flauta”, Satán tiene un trato”, “El diablo está dentro de mí”, “Satán al habla” y “El diablo cabalga de nuevo”). En definitiva, un maravilloso artefacto satánico para consumir bocado a bocado.
No se me ocurre mejor compañía un libro tan diabólico como este con la banda más diabólica para hablar de un tema que nos muestra lo más oculto, misterioso y malo, pero que seguro que tiene algo más humano que divino o fantástico.
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